viernes, 23 de marzo de 2012

FEDERICO

Una mañana de otoño Pablo llevaba a su pez favorito (Federico) al colegio. Aquel pez era muy alegre y juguetón pero él no sabía que en unas cuantas horas llegaría su fin.

Pablo al llegar al colegio se sentía orgulloso de tener a este pez. En el descanso Pablo salió a jugar y dejó al pequeño pez sobre una mesa cercana a la ventana y como no estaba asegurada el viento la abrió. Minutos después el viento aumentó su fuerza haciendo que la pecera se moviera. Federico no entendía lo que pasaba y en un parpadeo aquella pecera se cayó.

Federico quedó tirado en el piso, en medio de un charco de agua y habían cristales rotos a su alrededor.

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